Tribuna Abierta
ARACNET, 6 - Bol. S.E.A., nº 27 (2000)
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Taxónomos del s. XX y Taxonomía del s. XXI: en memoria de F. Español y A. Cobos
Fermín MARTÍN PIERA
Dpto. Biodiversidad y Biol. Evolutiva. Museo de Ciencias
Naturales de Madrid-CSIC
c/ José Gutiérrez Abascal, 2; 28006-MADRID (ESPAÑA)
e-mail: fermin@mncn.csic.es
Hace unos meses, a mi regreso de tierras americanas me encontré con la triste noticia del fallecimiento de D. Francisco Español. Con retraso pero no con menos sentimiento, me uno al pesar de mis colegas por el fallecimiento de una de las figuras más señeras de la entomología española de este siglo.
No tuve oportunidad de hablar muchas veces con él, pero las pocas ocasiones en que disfruté de su conversación, me causó la sensación de estar hablando con esa clase de personas que destila una mezcla admirable de humildad personal y grandeza científica.
Como decía al principio, escribo estas líneas tras mi regreso del otro lado del Atlántico (Colombia), donde entomólogos sistemáticos de once países, hemos estado debatiendo sobre la necesidad de revitalizar la Sistemática de Insectos en el seno de la comunidad iberoamericana. La pérdida de D. Francisco Español y la de otro eminente coleopterólogo recientemente fallecido, D. Antonio Cobos, me hacen reflexionar que son precisamente personalidades y trayectorias científicas como las de nuestros dos eminentes entomólogos, las que en Latinoamérica tienen total vigencia y marcan el camino a seguir en las próximas décadas. Me gustaría que también de este otro lado del Atlántico, no nos quedásemos en el merecidísimo homenaje póstumo a las figuras de F. Español y A. Cobos. Vayamos un poco más allá y tengamos el coraje de transmitir y defender esta misma idea. La muerte de nuestros admirados coleopterólogos, no es el fin de una etapa de la entomología española que algunos ignorantes no dudarían en calificar interesadamente de 'superada'. Antes al contrario, desde hace muchos años la trayectoria científica de ambos, hace realidad los objetivos y aspiraciones internacionales plasmados con tanto boato como inoperancia en innumerable documentos: descubrir, describir, organizar e interpretar el legado más singular e irrepetible de la evolución de nuestro planeta: La Diversidad Biológica. Hoy comprobamos con tristeza que la mayoría de tales documentos no pasan de ser bonitas y grandilocuentes declaraciones de intenciones; papel mojado. En cambio, las trayectorias científicas de F. Español y A. Cobos, son realidades tangibles, un legado imperecedero para las futuras generaciones de entomólogos y para todos aquellos que entienden la responsabilidad del Hombre en este rincón del Universo.
Si todavía pudiera hablar con ellos les diría: "... Don Francisco, Don Antonio, nunca como ahora estuvo tan vigente su investigación...". Ellos ya no puede escucharme pero el resto de mis colegas sí.
Descansen en paz...
