Pirámide en el robledal de Aingerubide, Busturia (Vizcaya-Bizkaia)

Por iniciativa de Joserra Díez y con la financiación del Ayuntamiento de Busturia, el Día del Árbol, 6 de marzo de 2004, se celebró de modo un poco diferente en esta localidad vizcaina. En lugar de plantar árboles, se decidió construir una pirámide para insectos saproxilófagos. La pirámide se construyó en el robledal de Aingerubide. En dicho robledal se ha constatado la presencia del Ciervo Volante, Lucanus cervus y aunque el bosque está bien conservado y abunda la madera muerta, el acto pretendía concienciar sobre la importancia de la madera muerta en los bosques. Además, servirá como experimento para estudiar la colonización de la pirámide por insectos saproxilófagos.

La pirámide del robledal de Aingerubide (Foto: Joserra Díez).

La pirámide se contruyó en las proximidades de un seto vivo, por ser un lugar no encharcable y estar en una zona relativamente poco accesible del bosque. La madera utilizada fue de roble; se reutilizó madera de árboles que habían sido derribados por el viento en ese mismo bosque. En principio se había retirado dicha madera del bosque usando un concepto mal entendido de limpieza forestal. Mediante esta iniciativa se ha devuelto al bosque dicha madera. El trozo más largo medía 180 cm y sirvió como eje a la pirámide. En la construcción de la pirámide participaron activamente más de 10 personas y requirió un total de unas tres horas. A continuación se ilustran los principales estados en la construcción de la pirámide (todas las fotos son de Joserra Díez).

Los materiales

Excavación del hoyo

El eje principal

Los troncos mayores

Los troncos menores

La pirámide terminada