Tribuna Abierta, Aracnet 7 -Bol.SEA, 28
(2001): 187-191.
Carta al ministro de Medio Ambiente de Canadá, Sr. David
Anderson *
* El texto que reproducimos a continuación ha sido
remitido por dos Asociaciones entomológicas canadienses a su Ministro de
Medio Ambiente. Creemos que su contenido es del mayor interés para las
ibéricas. Agradecemos a la AEAQ y SEQ la autorización para la
reproducción del texto. Traducción: Pedro A. Álvarez.
En julio del 2000, se envió una carta al ministro Anderson
(de Medio Ambiente) firmada conjuntamente por la AEAQ (Asociación de
entomólogos aficionados de Québec) y la SEQ (Sociedad entomológica de
Québec) con el fin de manifestar la adhesión de nuestras asociaciones a los
fines últimos del proyecto de ley sobre la protección de las especies
amenazadas de Canadá. Sin embargo, también hemos intentado mostrar al ministro
que los entomólogos aficionados contribuyen de manera muy importante a la
acumulación de conocimientos sobre los insectos del país y por lo tanto esta
ley no debe dificultar su actividad entomológica.
15 de mayo de 2000
Sr. Ministro David Anderson
Medio Ambiente - Canadá
Terrasses de la Chaudière
10, rue Wellington
Hull (Québec)
K1A 0H3 CANADÁ
Sr. Ministro,
Hemos tenido conocimiento del "Plan canadiense para la
protección de las especies en peligro: una puesta a punto", publicado en
diciembre de 1999. Sabemos también que viene de presentar una ley para proteger
las especies amenazadas de Canadá, de acuerdo a la firma por Canadá de la
Convención sobre la diversidad biológica de Río.
Estamos de acuerdo con el fin último de una ley sobre las
especies amenazadas y nos gustaría contribuir a la puesta en marcha de la mejor
legislación posible. Principalmente queremos dar a conocer que el problema de
la desaparición de nuestra diversidad entomológica es la degradación del
medio natural, y que las recolecciones de insectos con fines no comerciales no
afectan de ninguna manera a las poblaciones de insectos. Los entomólogos tienen
como fin la conservación del patrimonio natural del país. Además, continúan
jugando un papel esencial en la acumulación de conocimientos y contribuyendo al
interés por los insectos entre el gran público.
Enunciados
Habiendo constatado el deterioro o la destrucción de las
funciones vitales de un gran número de hábitats naturales de Canadá;
Habiendo constatado que el deterioro y la destrucción de
los hábitats es la causa primordial del declive o la desaparición de
especies indígenas de Canadá1;
Habiendo constatado que se estima en unas 55.000 el número
de especies de insectos de Canadá y que representan la mayor parte de la
diversidad específica del país;
Habiendo constatado que se estima en solamente un 50% el
número de especies de insectos que han sido inventariados para Canadá2,
que conocemos la biología y los estados inmaduros de menos del 15% de ellos,
y prácticamente nada sobre la amplitud de su distribución y su abundancia;
Habiendo constatado el declive desde hace 20 años de más
del 50% del número de profesionales empleados a tiempo completo para
identificar y estudiar esta diversidad específica de Canadá3;
Habiendo constatado que los entomólogos aficionados han
recolectado la mayoría de especímenes de insectos existentes en las
principales instituciones canadienses, que han contribuido de gran manera a
nuestro conocimiento de los insectos de Canadá, y que continúan efectuando
una aportación indispensable;
Habiendo constatado que ciertos propietarios de colecciones
científicas de insectos que tenemos conocimiento se preguntan si sigue siendo
pertinente legar su colección a la Colección nacional de Canadá (CNC);
Habiendo constatado la marcha y el no reemplazamiento de
profesionales dedicados al estudio y la conservación de ciertas partes de la
CNC (como las arañas, ciertos grupos de mariposas, de avispas, de chinches,
de coleópteros, etc.);
Habiendo constatado que el mantenimiento, el
aprovechamiento y la comprensión del funcionamiento de nuestra biodiversidad
pasa obligatoriamente por el conocimiento de las especies;
Nos gustaría que en su legislación sobre las especies en peligro,
1. el Gobierno de Canadá se comprometiese a apoyar
a las personas interesadas en participar en el inventario de la diversidad de
especies de Canadá;
2. y más particularmente, que el Gobierno de
Canadá apoyase a las personas miembros de las siguientes asociaciones
canadienses para contribuir en el estudio y la recolección de insectos y
otros artrópodos terrestres (Sociedad entomológica de Canadá, Sociedad
entomológica de Québec, Asociación de entomólogos aficionados de Québec,
otras asociaciones debidamente reconocidas).
Desearíamos igualmente que el Gobierno de Canadá
reinvirtiera en la investigación en biodiversidad, en sistemática y en
taxonomía de insectos, en los centros de investigación nacional (CNC) (en
Agricultura y Agroalimentación de Canadá, Ottawa, y en el Museo Canadiense de
la Naturaleza, Aylmer, Québec) y en las universidades canadienses, con el fin
de permitir el restablecimiento de un conocimiento que es crucial para el futuro
de nuestro país. Tendríamos pronto numerosos especialistas en diversidad
entomológica capaces de juzgar la validez de los informes sobre las especies
amenazadas y la pertinencia de su inclusión o no en tales categorías. Estos
especialistas poseerían también el conocimiento que permitiría diferenciar
una especie recientemente introducida y peligrosa de otra, indígena y no
perjudicial para la economía del país.
Sería igualmente deseable que las colecciones nacionales
canadienses de insectos, plantas, vertebrados, etc. estuvieran mejor valoradas y
mejor subvencionadas.
Después de estos deseos, sugerimos finalmente al Gobierno de
Canadá la inclusión en la legislación de las recomendaciones siguientes:
I. Es recomendable que los entomólogos aficionados
se hagan miembros de asociaciones reconocidas por el gobierno y que tomen
contacto con especialistas de la diversidad específica (en Agricultura y
Agroalimentación de Canadá, en el Servicio canadiense de Bosques, en el
Museo canadiense de la Naturaleza, en las universidades) con el fin de conocer
las mejores técnicas de recolección y participar en las investigaciones en
curso que tengan lugar.
II. Es recomendable que los entomólogos aficionados
monten y conserven sus colecciones según los estándares de las grandes
instituciones canadienses y que realicen las gestiones necesarias con el fin
de legar su colección, tras su fallecimiento, a una colección institucional
canadiense.
III. Las asociaciones de entomólogos reconocidas
por el gobierno excluirán a las personas que efectúen comercio o intercambio
de ejemplares de especies amenazadas de Canadá.
IV. La recolección de especies catalogadas como
amenazadas o en peligro de desaparición en Canadá no será permitida por los
miembros de las asociaciones autorizadas. No obstante, si se produjese la
captura accidental de ejemplares de estas especies, las personas autorizadas
no serían demandadas aunque deberían obligatoriamente depositar los
ejemplares de especie protegidas en una colección institucional canadiense4.
Con la esperanza de que reconozca nuestros esfuerzos
positivos para hacer de Canadá un país en el que la diversidad de especies
esté mejor conocida y apreciada, le expresamos, Señor Ministro, nuestros
mejores deseos.
Sres. Bernard Landry (Dr.), y Claude Chantal, presidente de
la Asociación de entomólogos aficionados de Québec - blandry@sympatico.ca;
info@aeaq.qc.ca
18, rue Washington, Aylmer (Québec) J9H 4B9
Sr. François Lorenzetti (Dr.), presidente de la Sociedad
entomológica de Québec
4581, rue Sherbrooke Est; Montréal (Québec) H1X 2B2
francois.lorenzetti@sympatico.ca
cc. Sr. Jean Chrétien, Presidente de Canada,
Sr. Paul Martin, Ministro de Hacienda,
Sr. Ghislain Lebel, diputado del condado de Chambly,
Sra. Joanne DiCosimo, Presidente-Directora general del Museo canadiense de la
Naturaleza,
Sr. Jean-Marc Deschênes, Director, C.R.E.C.O., Agricultura y Agroalimentación
de Canada,
Sr. Gerrit van Raalte, Servicio canadiense de bosques, Red de la biodiversidad
de bosques,
Sr. Peter Hall, Servicio canadiense de Medio Ambiente,
Sr. Dan Johnson, Presidente de la Sociedad entomológica de Canadá,
Sr. Louis-Gilles Francoeur, El Devoir,
Notas del texto:
1 Véase Foin,
T.D., S.P.D. Riley, A.L. Pawley, D.R. Ayres, T.M. Carlsen, P.J. Hodum &
P.V. Switzer. 1998. Improving recovery planning for threatened and endangered
species. BioScience
48: 177-184.
2 Véase Danks,
H.V. (Éditeur). 1979. Canada and its insect fauna. Memoirs of the entomological Society of
Canada No 108. 573 pages.
3 Efford, I.E.,
1995, La systématique, une crise imminente. Groupe fédéral de la
biosystématique. Musée canadien de la Nature. 20 pages.Vo
4 Hay que señalar que el
estado de Ohio se encuentra adelantado en este terreno. El 15 de mayo de 1994,
la "Sección de Vida Silvestre" del "Departamento de Ohio de
los Recursos Naturales" anunció un cambio en la "Normativa de la
Vida Silvestre de Ohio" permitiendo a los lepidopterólogos (aficionados
a las mariposas) recolectar y guardar en propiedad, pero no intercambiar ni
vender, ejemplares de especies de mariposas declaradas como amenazadas en
Ohio. Estos cambios se efectuaron como reconocimiento del importante papel de
los lepidopterólogos de Ohio en el inventario de las mariposas de ese estado
para la determinación de las especies y ecosistemas que debían ser
protegidos. Véase The Ohio Lepidopterist, Newsletter of the Ohio
lepidopterists, vol. 16, no 2, p. 21-22.
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Tribuna Abierta, Aracnet
7 -Bol.SEA,
28 (2001): 187-191.
La versión española (o Mortadelo tiene razón)
Antonio Melic/SEA
Estimados colegas:
Hace unos días recibimos en la SEA un mensaje de un socio de La
Rioja en el que nos informaba de que la Dirección General de Medio
Ambiente de esa Comunidad está cobrando una Tasa para conceder el
permiso de capturas entomológicas.
Por supuesto, solicitamos ampliación de esta información y algún
comprobante (que nos ha sido remitido). Hablamos también con otros
colegas de La Rioja para contrastar la información.
Todo ello nos ha permitido comprobar que efectivamente se está
cobrando (o intentando cobrar) una tasa por el permiso de captura para
insectos. Lo de menos es el importe (1.530 pesetas), sino el hecho en sí.
La tasa que se abona (la 10.03) es la misma que se aplica, por ejemplo,
a los cazadores de 'pajaritos'.
El hecho es grave porque, me temo, está dando la auténtica medida
de cómo somos vistos los entomólogos y la propia entomología por las
Instituciones que supuestamente tienen encomendadas las competencias en
materia medioambiental. Somos, al menos en La Rioja, meros cazadores o
recolectores y nuestra actividad es puramente lúdica (como la caza) o
comercial.
Mortadelo tiene razón...
Mortadelo es un personaje de los tebeos para niños. Hace unos años
utilicé sus historietas para ver cómo son percibidos los artrópodos a
través de este medio; los artrópodos y también los entomólogos.
Dos de las conclusiones que podían extraerse, en mi opinión, de
este análisis tan pintoresco era que 1º) sólo las mariposas son
percibidas positivamente (los demás la tenían negativa o muy
negativa); y 2º) Que los entomólogos somos o bien coleccionistas
compulsivos que rozan lo obsesivo o bien personajes interesados en
obtener piezas (léase artrópodos) económicamente valiosas. En
resumen: coleccionistas o comerciantes. No hay más categorías.
Si ésta es la idea que vienen transmitiendo los tebeos a toda una
generación (Mortadelo tiene ya unos cuantos años), la Consejería de
Medio Ambiente de la Rioja es la prueba definitiva de que Mortadelo
tiene razón y que bien podría ser nombrado Director de alguna Consejería
de Medio Ambiente.
Me temo que en la mente de la 'cosa pública' no cabe la idea del
conocimiento per se, de la investigación como ejercicio
saludable, de la cultura (la ciencia es una parte de la cultura) como
bien en sí mismo y sólo se entiende de hedonismo o de trapicheo. El
ciudadano es, además de sujeto pasivo de varios impuestos (esto por
encima de todo), un ser lúdico (a explotar) o un especulador (un
explotador) y en ambos casos, merece el gravamen, la tasa o el precio público.
Welcome al siglo XXI.
(Seguiremos informando).
Tribuna Abierta, Aracnet
7 -Bol.SEA, 28
(2001): 187-191.
2 de febrero, día internacional de las zonas húmedas ¿también
de las de Aragón?
Ecologistas en Acción-Aragón
Treinta años después de la firma de la convención
Ramsar, las zonas húmedas aragonesas se siguen deteriorando a un paso
preocupante mientras la administración no hace mucho para evitarlo.
En Aragón existen una importante representación de
humedales interiores, que va desde los lagos de montaña (ibones) a las
lagunas de aguas saladas de nuestras estepas, pasando por otros núcleos
endorreicos (modificados mayormente en la actualidad para almacenar agua
para regadíos), turberas, galachos, zonas de inundación habitual de
los ríos, balsas de regadío, ojos, pequeños regueros, etc. La mayor
parte tienen una gran importancia, ya sea por su hidrología, ubicación,
formación, especies, valor cultural y antropológico...
Sin embargo, solamente tres de ellas han conseguido
un reconocimiento político, reflejado en una protección teórica, que
no impide que sigan incidiendo sobre las mismas algunos de los factores
que las han venido alterando y degradando durante años. Así, la Salada
de Chiprana y la Laguna de Gallocanta son Zonas Ramsar de importancia
internacional. Esta última, junto a la Reserva Natural de La Alfranca,
Pastriz, La Cartuja y El Burgo de Ebro, han sido declaradas como ZEPA
(Zona de Especial Protección para las Aves). Esta última tiene el
privilegio de ser la única zona húmeda que cuenta con una figura de
protección recogida en la Ley de Espacios Naturales Protegidos de Aragón,
lo que no impidió que su extensión fuera reducida por la Ley de Acompañamiento
de los Presupuestos de Aragón para el año 2000 sin ningún tipo de
debate, reflejando la escasa voluntad política en este asunto. Ninguno
de estos espacios cuenta en la actualidad con un PORN (Plan de Ordenación
de los Recursos Naturales).
Además, exceptuando los ibones de montaña que se encuentran dentro de
Espacios Naturales Protegidos (Parque Natural Posets-Maladeta y Parque
Nacional Ordesa y Monte Perdido), el resto de zonas húmedas se
encuentran ante una total indefensión de la que no se salvan aquellas
que cumplen claramente los requisitos para estar recogidas en alguna
figura de protección.
Ejemplos de la mala gestión que se lleva a cabo en
Aragón la tenemos en las zonas húmedas que compartimos con otras
comunidades: La Laguna de Dos Reinos (con Navarra) y L'Aiguabarreig (con
Cataluña). La primera, en la parte navarra, está recogida en una
figura de protección como Enclave Natural, ha sido declarada ZEPA y
cuenta con un Plan de Uso y Gestión; mientras que en la parte aragonesa
carece de cualquier tipo de protección. En el segundo espacio, unión
de los los ríos Cinca y Segre, la parte catalana está incluida dentro
del Plan de Espacios de Interés Natural de Cataluña, y la parte
aragonesa se caracteriza precisamente por la dejadez de la Administración.
El Gobierno de Aragón no cuenta con un catálogo de zonas húmedas
donde aparezcan aquellas que reúnan interesantes valores naturales y
culturales como primer paso en su conservación.
Desde Ecologistas en Acción Aragón se está
realizando un catálogo de las zonas húmedas exceptuando los ibones
(sobre los que tampoco la CHE tiene un catálogo, a pesar de ser la
institución que los gestiona). Se han recogido más de 50 zonas húmedas
o conjuntos de varias de ellas que, a juicio de este colectivo, merecen
ser conservadas, algunas de ellas se ven seriamente amenazadas y
requieren actuaciones urgentes.
Otro factor para evaluar la situación de esos
espacios es el grado de conservación de las especies que los habitan.
De las cuatro especies acuáticas que se encuentran catalogadas "en
peligro de extinción" por la DGA, ninguna cuenta con el obligado
plan de recuperación, ni nos consta de que se tengan borradores o estén
en preparación.
Los factores que más inciden en la degradación de las zonas húmedas
aragonesas son: la puesta en regadío de los campos circundantes, las
continuas roturaciones, vertidos, explotación abusiva de los acuíferos,
caza, represas, utilización como escombrera, quemas de carrizal en época
de cría. En varios casos es la propia Administración la que está detrás
de los proyectos que amenazan estas zonas (p.e., la puesta en marcha de
nuevos regadíos en los núcleos endorreicos de Monegros, Alcañiz y
Chiprana).
Desde Ecologistas en Acción se va a pedir al
departamento de Medio Ambiente que tome las oportunas medidas de
conservación, entre ellas la creación de un inventario de zonas húmedas
donde se analicen sus valores naturales y los factores que las amenazan.
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