ARACNET, 6 - Bol. S.E.A., nº 27 (2000) : 144-148

Portada

 

Índice

 

 

Introducción

 

 

Artículos

 

 

Especies Ibéricas poco conocidas

 

 

Eco-SEA

 

 

SE@

 

 

Grupos de Trabajo

 

 

Entomología aplicada

 

 

Monegros

 

 

Tercer Milenio

 

 

Acuse de recibo

 

 

Genera Insectorum

 

 

Biblioteca entomológica

 

 

Tribuna abierta

 

 

Entre socios

 

 

Novedades SEA

 

 

Resúmenes

 

 

Fotografías en color

 

 

¿Cómo hacerse socio?

 

 

¿Cómo adquirir el Bol.SEA 27?

 

 

Aracnet: Edición y normas generales

 

Genera Insectorum - Otras Entomologías

A.Melic

 

Información entomológica

Hay que ver lo organizados que están algunos de nuestros colegas europeos. Hansen, Pedersen & Prizl (1999.-Fund af biller i Danmark, 1998 (Coleoptera). Ent. Meddr., 67: 71-102) acaban de actualizar la lista de coleópteros de Dinamarca que asciende exactamente a 3.716 especies. ¿Cuántos países pueden presumir de conocer razonablemente la lista de sus especies de escarabajos?

 

Bimenoptera: ¿Un nuevo Orden de Insectos?

Un lujoso folleto de libros para profesionales del derecho de la editorial CISS-PRAXIS, comienza del siguiente modo:

Hormiga: (I. formica) f. “Insecto bimenóptero que abre, bajo tierra y en el tronco de los árboles, galerías...

La fiscalidad está lo suficientemente alejada de la entomología (salvo quizá en cuanto a la tributación de actividades agrícolas y ganaderas) como para disculpar la comisión de errores. Pero claro, inventar todo un orden resulta excesivo. Especialmente porque ‘himenóptera’ está en el diccionario de la lengua española y no ‘bimenoptero’, lo que, me temo, demuestra simple ignorancia. Además, resulta curioso: el autor ha intentado dar la apariencia de descripción científica (p.e., le ‘sonaba’ que el nombre científico está compuesto de dos palabras y que se escriben en cursiva...).

 

Un nuevo insecto

Como media, en los últimos años se vienen describiendo unas 23 nuevas especies para la ciencia diariamente, de los que su mayor parte son insectos. Así que no es precisamente una noticia extraordinaria la reciente descripción de un nuevo insecto; de hecho, ni siquiera puede considerarse una anécdota. Se trata de simple rutina. Sin embargo, en raras ocasiones, la descripción de un nuevo taxon artrópodo presenta alguna peculiaridad destacable. Es el caso de Formosozoros newi Chao & Chen, 2000 (Pan Pacific Entomologist, 76(1): 24-27, 2000) un nuevo zoráptero, es decir, un nuevo miembro de ese reducidísimo orden de insectos llamado Zoraptera. Si la cifra de coleópteros conocidos asciende a más de 400.000, la de himenópteros a unas 200.000, la de lepidópteros a unas 160.000 o la de dípteros a unos 150.000, los zorápteros suman algo menos de 30 especies más una especie fósil. Sólo Protura y Embioptera se le acercan (en cuanto a escasez) con unas 270 especies (es decir, unas diez veces más), situándose el resto de minorías artrópodas en torno a las 500 especies mundiales (Thysanura, Diplura, Strepsiptera y Mecoptera). Así que sumar uno en la escuálida cifra de 30, aunque se trate de un insecto de 3 mm es, excepcionalmente, una noticia reseñable.

 

Fraudes

La leyenda dice que algunos estudiantes de Linneo ponían a prueba a su maestro presentándole de vez en cuando plantas artificiales, montadas a base de elementos de varias especies diferentes. Los biógrafos afirman que Linneo siempre terminaba por descubrir el engaño. Algo parecido ha ocurrido recientemente con un Aphodius. Patrice Bordat (1999. Aphodius (Bodilus) arvernicus Hoffmann, 1928, espèce fabuleuse de la Faune de France (Coleoptera, Aphodiidae). Bull. Soc. Ent. France, 104(4): 343-345) ha tenido que sinonizar la especie por partes. Efectivamente, parece que el engendro es un ejemplar compuesto por la cabeza de A. inmundus, el cuerpo de A. rufus y el edeago de un Aphodius del grupo punctipennis. Por supuesto, resulta imposible saber si se trata de una fea maniobra de Hoffmann, el descriptor, o de un simple error de juventud. Sea como fuere, el caso es que ‘alguien’ tuvo que entretenerse en montar el artefacto (se han descubierto restos de cola en la unión de la cabeza y el cuerpo). De hecho, los artefactos, en plural, pues son tres los ejemplares existentes (lógicamente, al margen de ellos, la especie jamás volvió a ser citada en la fauna de Francia, gracias al cielo). Eso descarta el accidente al estilo de una caja que se cae y un bienintencionado bedel que para arreglar el desaguisado pega los bichos rotos cometiendo algún error. No es, de todos modos, el único caso. Arnaud (1982. Liste des types de Phanaeini du Muséum national d’Histoire naturelle de Paris (Coleoptera, Scarabaeidae). Revue française d’Entomologie (N.S.), 4(3): 113-118) descubrió un caso similar en otro escarabeido: Coprophanaeus costatus Olsoufieff. Y S. J. Gould tiene un ensayo dedicado a las pesquisas que realizó en torno a la asombrosa diversidad de especies de moluscos en una determinada costa americana: resultó que el descriptor se dedicaba a vender raros ejemplares. Conste que yo no he mencionado ni a Carabus ni a otros grupos...

 

Zoologia Baetica on line

Zoología Baetica, revista de zoología editada por el Departamento de Biología Animal y Ecología de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada ha subido a Internet el volumen 10 de su revista (1999) al objeto de aumentar su difusión y animar a más colegas a colaborar en la edición enviando trabajos.

La dirección de la página es la siguiente:
http://www.ugr.es/local/zool_bae
 

La página está diseñada para Microsoft Internet Explorer. Algunos ficheros se pueden bajar como en formato pdf, como las instrucciones a los autores y los contenidos del volumen 10, por lo que es necesario tener instalado el programa Acrobar Reader para poder leerlos e imprimirlos (al menos la versión 3.0). Este programa es de libre difusión y se puede descargar de forma gratuita en muchos lugares de la red.

 

Insectos Japoneses on line

La universidad de Kyushu (Japón) ha puesto a disposición de todos los interesados la base de datos MOKUROKU que recoge la información contenida en ‘A Check List of Japanese Insects’. En ella se recogen todos los insectos presentes en Japón, clasificados sistemáticamente y con información relacionada con su distribución.

La dirección URL es: http://konchudb.agr.agr.kyushu-u.ac.jp/mokuroku/index-e.html/

Además está disponible un ‘Diccionario de los nombres de insectos japoneses’, por si alguno siente curiosidad por descubrir como se escribe el nombre de algún insecto en japonés (puede utilizarse al nivel de familia, género y especie).

La dirección: http://konchudb.agr.agr.kyushu-u.ac.jp/dic/

Ambas páginas están disponibles tanto en inglés como en japonés.

Más información en: Tadauchi & Inoue, 2000.- Esakia, 40: 81-84 y 85-86.

 

Entomología en la cueva del Terror

En nuestro número 22 del Bol.SEA (1998, pp. 39-43) se publicó un artículo sobre ‘Lugares insólitos para la práctica de la aracnología y algunas divagaciones faunísticas intranscendentes’ en el que mencionamos el descubrimiento de un palpígrado en las Catacumbas de la Catedral de San Esteban en Viena (Austria), un lugar especialmente lúgubre si tenemos en cuenta que en sus túneles fueron enterrados unos 10000 vieneses. Pues bien, aquello fue una cita rara, pero en definitiva, Eukoenenia austriaca, el animal en cuestión, ya estaba mencionado de algún otro punto del país. Desde entonces las investigaciones han seguido avanzando y al descubrimiento anterior puede ahora añadirse una nueva especie para la ciencia: el colémbolo Megalothorax sanctistephani sp. n. Christian, 1998 (Ann. Naturhist. Mus. Wien, 100B: 15-18, dicbre. 1998). Al describir la ecología de la nueva especie, el autor señala: ‘...El sustrato está compuesto por sedimentos pleistocénicos del río Danubio mezclados con fragmentos de huesos humanos...’.

 

Otra vuelta de Tuerca

Por si alguien piensa que la información anterior es algo macabra, aún puede darse otra vuelta de tuerca (como diría Henry James) al asunto. Figura en la pág. 29 de las Actas de la Sociedad Española de Historia Natural (1900) y me la facilitó un buen amigo y colega de la SEA, Fernando Prieto. Dice así: ‘El R. P. Navás citó un curioso ejemplo de longevidad en un Akis que, creyéndolo muerto por la bencina y teniéndolo clavado, seguía un mes después agitando sus patas. Intentó más adelante matarlo introduciéndolo en ácido carbónico y en agua, y luego de muerto aparentemente recobraba sus movimientos, viviendo así clavado más de cinco meses’. Esto sí es terrorífico.

 

Sexo y entomología

Por si alguien pensaba que el único otro caso en el que pueden relacionarse el sexo y la entomología es el de ciertos parásitos indeseables, ahí va otro ejemplo más difícil: Isoptera y circuncisión. Es cierto que para muchas culturas la circuncisión es una simple mutilación que nada tiene que ver con el sexo, pero para muchas otras se trata de un rito que guarda muchas relaciones con la sexualidad. En nuestro caso, nos limitamos a fijarnos en un artículo aparecido en NMK HORIZONS, revista del National Museums of Kenya (nº 2, marzo 1998, pp. 16-17) del antropólogo Ochieng’ Omondi con el título de ‘Correcting a Cultural Misconception: Male circumcision among the Luo’. En una de las fotografías pueden verse varios utensilios utilizados en estos ritos por la tribu Luo africana. Al fondo aparece el dibujo de una termina soldado... cuyas mandíbulas son utilizadas, tras la operación, al estilo de los ‘puntos’, es decir, como mecanismo que mantiene unidos los tejidos...

 

Termes (y otros manjares)

Casualmente, mientras buscaba un viejo trabajo he encontrado otro de D. Miguel Cuní y Martorell datado en 1903 (Bol. soc. Arag. Cien. Nat., t. II: 38-46) y titulado: ‘Una excursión sin salir de casa’. Entre otras cosas, el entomólogo catalán relata lo si­guiente relacionado también con las termitas...

Ciertos viajeros aseguran que los africanos hacen de los Termites un manjar muy buscado. Introducen estos pequeños animalitos en potes de hierro, los tuestan a fuero lento; revolviéndolos como se hace con el café y los hallan tan gustosos, que llenan de ellos a puñados la boca, cual si fuesen anises. Mr. Köning dice que ha comido varias veces y que siempre los ha hallado riquísimos; algunos lo comparan con la crema o el turrón.

Cuéntase también que las tribus salvajes de Nueva Caledonia son amantes de las arañas, en particular de una especie de Epeira de gusto exquisito, de modo que si se divulgara (lo que pongo en duda) el comer arañas y larvas de los grandes escarabajos como son las de los Cerambyx, Lucanus y Anoxias, resultaría una doble ventaja, que sería proporcionarnos alimentos y un medio de disminuir los estragos que causan dichas larvas en las plantas.

El astrónomo La Lande era entusiasta por el alimento de insectos; comía arañas con manteca y afirmaba que tenían gusto de avellana; dicho señor, según explica su compañero Mr. Isjonval, durante su estancia en Francia, solía ir cada sábado a cenar a su casa y mientras aguardaba el momento de sentarse a la mesa, entretenía el apetito mascando unas cuantas orugas, como se pueda hacer con las aceitunas.

Comprendiendo Mad. Isjonval las aficiones gastronómicas de su huésped, hacía recoger en el jardín por sus criados un platito de orugas, que presentaba al convidado apenas llegado, quedando éste sumamente agradecido por el obsequio...

Y sigue el viejo profesor señalando la diferencia entre cómo sale al campo un Ignorante en Historia Natural y un inteligente en entomología... pero ésta es ya otra historia.

 

Mejor no reírnos de la entomofagia...

De todos modos, para aquellos que opinan que la entomofagia es cosa de pueblos primitivos o simples extravagancias, la revista New Scientifist, señalaba hace unas semanas: ‘Al comer una tostada con mantequilla o un tazón de cereales, corremos el riesgo de ingerir también minúsculos bichos, insectos o ácaros, resistentes a los pesticidas. El problema fue señalado por el equipo del doctor Ken Wildey, que trabaja en York en el laboratorio del ministerio británico de Agricultura, y que realizó una investigación de los cereales procedentes de 297 lugares distintos. Resultado: el 81% de ellos contenía ácaros y el 27% insectos (coleópteros).’

Y más entomofagia

Esta vez el artículo ha sido publicado en la revista colombiana Caldasia, nº 20(1), 1998: 57-74, bajo el epígrafe de AR­QUEOLOGÍA: Las palmas entre grupos cazadores-recolectores de la Amazonia Colombiana (G. Morcote-Ríos et al). Se estudia el manejo de diversas especies de palmas en grupos precerámicos (arqueología) y los usos del pueblo nómada Nukak en el mismo sentido (etnografía). No vamos a hablar de las palmas, pero sí de un dato concreto que señala el artículo: ‘Los Nukak utilizan como alimento y/o fuente de materias primas 83 especies de plantas, nueve de primates, siete de otros mamíferos, diez de aves, 39 de peces, dos de reptiles, tres de anfibios, dos de crustáceos, 43 tipos de abejas y sus larvas, 16 de orugas y catorce de avispas’. Como puede verse, la entomofagia es algo más que una simple curiosidad y no se piense que se trata, al estilo ‘civilizado’ de utilizar la miel (que también), porque en otro pasaje del artículo, se menciona una de las escasas actividades del pueblo Nukak relacionadas con la ‘ganadería’ (sensu lato): la cría de larvas de coleopteros. Concretamente de gruesos Rhynchophorus (Gorgojos) que se alimentan del tronco de palmas. Su valor nutritivo es muy alto y por ello, señalan los autores, el 68 por ciento de los eventos de recolección relacionados con insectos corresponde a este tipo de gruesas y jugosas larvas.

 

Hábitos alimentarios curiosos

Los artrópodos (s.s­.) además del grupo animal más diverso sobre la Tierra es, sin duda, el que mejor sabe apro­vechar cualquier recurso disponible. Así, por ejemplo, la gran familia de los Scarabeidos está compuesta mayoritariamente por especies detritívoras de hábitos coprófagos, alimentándose especialmente de excrementos de mamíferos. Sin embargo, en la región Neotropical la extinción de gran parte de la fauna de grandes mamíferos durante el Pleistoceno ha provocado una diversificación en los hábitos alimentarios de los miembros de esta familia (así aparecen numerosos casos de necrofagia, micetofagia, carpofagia y saprofagia). Una nota de J. N. C. Louzada y F. Z. Vaz-de-Mello en la revista colombiana Caldasia (1997, 19(3): 521-522) señala otras fuentes curiosas de alimentación: huevos en descomposición de aves y reptiles, o lo que es igual, la ovifagia.

 

Hormigas carroñeras

Y en España, otra nota publicada en el Boln. Asoc. esp. Ent. firmada por M. D. Martínez et al. (1997, 21(3-4): 281-283) hace referencia a otro de esos hábitos alimentarios sin­gulares. Se trata de las especies de hormigas asociadas a cadáveres, es decir, necrófagas. Estos himenópteros son artrópodos oportunistas que no parecen despreciar ninguna fuente de alimento, incluidos los cadáveres de todo tipo de animales, cualquiera que sea su estado de descomposición. En el estudio realizado (con restos de pollos) se colectaron seis especies de hormigas ibéricas, dos de las cuales eran consideradas nectívoras o granívoras.

 

Pónselo

Sí, ponle tu nombre a un bicho, aunque pueda resultarte un tanto caro, unos 10000 marcos. De momento, se trata de una acción de ‘esponsorización’ (es de suponer que J. L. Yela nos echará la bronca por utilizar estas palabrejas) puesta en marcha por el Museum National d’Histoire Naturelle de París con el fin de recaudar fondos para la adquisición de insectos fósiles de la llamada Formación Santana, en Brasil, del Cretácico Inferior (unos 120 millones de años). Se trata de un yacimiento de excepcional valor paleo-entomológico, tanto por la riqueza de especies, como por el número y calidad de los fósiles. El Museo pretende financiar el estudio a través de donativos ‘incentivados’, aprovechando la vanidad humana. No hay inconveniente en que la solicitud sea formulada por una compañía mercantil. El Museo se compromete, una vez recibido el donativo, a bautizar con todas las formalidades la nueva especie con el nombre del espónsor (latinizado, claro). El material, lógicamente, queda en poder del Museo, pero éste entregará una reproducción en color del holotipo, un documento de agradecimiento del propio Museo, 50 copias de la publicación en que se describa la especie, descuentos en las entradas y sobre todo, dos satisfacciones: 1) haber colaborado al avance de la ciencia y 2) ver su nombre eternizado a través de la especie. Se pueden hacer solicitudes a : msfossil@t-online.de.

Yo, sólo voy a hacer tres comentarios breves, a cual más inapropiado (pero para eso ésta es la sección Genera Insectorum):

Primero: imagino que si la especie es sinonimizada, te devuelven el dinero. O al menos te ofrecen bautizar otro fósil.

Segundo: no veo por qué no podría hacerse esto con otros organismos, en concreto con artrópodos actuales. Claro que teniendo en cuenta la frecuencia con que son descubiertas nuevas especies (en comparación a las fósiles), recomiendo que el precio sea más asequible.

Y tercero (esta vez en serio): Personalmente, aplaudo la medida. Es recomendable que la gestión de la ciencia comience a ser manejada por personas con iniciativa e imaginación. Los tiempos cambian y son necesarios nuevos métodos, muchos recursos y algo más de inventiva. La Ciencia, lo quiera o no, y especialmente la entomología, tendrá que bajarse de los pedestales y poner los pies en el suelo. No digo que haya que mercantilizar la disciplina, pero sí dejarse de mucha parafernalia, pompa y modos pasados de época. Por supuesto, la sociedad civil (cualquier cosa que eso sea) no está preparada para decidir a través de referéndums de qué asuntos deben ocuparse los científicos, pero tampoco los científicos pueden olvidar que su trabajo es financiado con el esfuerzo de esa misma sociedad y, por tanto, que no pueden vivir de espaldas a ella. Así que está bien que de vez en cuando se vean iniciativas como la del Museum.

 

Coleópteros del Más Allá

Otra nota curiosa sobre etno-entomología puede consultarse en Bull. Mens. Soc. linn. Lyon (1977, 66[10]: 277-278), en la que H.-P. Aberlenc señala cuatro especies de cetónidos africanos relacionados con la magia negra y la adivinación en Mali. Se trata de Diplognatha gagates (Forster), un cetónido de color negro cuya presencia requiere avisar al exorcista, pues implica una gran desgracia (se declarará un mal incurable o la misma muerte). Otras tres especies -éstas de verdes metálicos o amarillos y naranjas- de los géneros Rhabdotis y Pachnoda son simples anunciadoras de una visita inesperada.

 


 

¡Recibe un e-mail cuando esta página cambie!


it's private
Powered by
ChangeDetection

Volver a la última página visitada  Atrás ] Arriba ] Siguiente ] [ Mapa de ARACNET ] [ Mapa de la CV-e ]  [Cómo citar los artículos de ARACNETImprimir

© 1999-2002 CV-e Comunidad Virtual de Entomología - http://entomologia.rediris.es - admin@entomologia.rediris.es