Iberodorcadion:
Proyecto de investigación sobre el género Iberodorcadion (Breuning, 1943)

INTRODUCCIÓN





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Iberodorcadion bolivari

  Presentación
  Criterios de investigación
  Rasgos morfológicos
  Grupos afines
  Unidades de análisis
  Grupo de investigación
  Método colaboración-Proyecto

  Nota sobre las variedades

  Para citar publicaciones - Proyecto
 

 Iberodorcadion seguntianum


 
   - Importancia y singularidad de género Iberodorcadion en la fauna ibérica

      - Complejidad y dificultades taxonómicas


      - Hacia una nueva revisión del género Iberodorcadion


      -
Proyecto colaborativo en Internet

 


 
VÉASE: 

Fauna Iberica Portal para la divulgación y conservación de los animales ibéricos
Iberodorcadion  http://www.faunaiberica.org/?page=iberodorcadion


 
 

            Capítulos / UNIDADES DE ANÁLISIS  que se dividen en las siguientes partes:


       Lista de discusión  -  Información, intercambio y grupo de investigación
                                       para el conocimiento y revisión del género Iberodorcadion.



 

INICIO


 

EL "PROYECTO IBERODORCADION":  LABORATORIO DE INVESTIGACIÓN
 

  La filosofía del Proyecto Iberodorcadion se basa en HIPÓTESIS DE TRABAJO, que se desarrollan en las diferentes UNIDADES DE ANÁLISIS.  El conjunto de taxones del género Iberodorcadion (Breuning, 1943) recogidos  (Véase Orden alfábetico) constituyen otras tantas hipótesis de trabajo dentro de un proceso de exploración y revisión.
 



 
 

CRITERIOS DE INVESTIGACIÓN PARA LA REVISIÓN TAXONÓMICA
 

-  Estudio de ejemplares de la serie típica, relacionados con la nueva propuesta taxonómica.

-  Estudio de un número razonable de individuos (material estudiado).

-  Verificar la existencia de gradación morfológica entre individuos de áreas geográficas próximas o contiguas. No podrán tomarse en consideración las propuestas taxonómicas basadas en el estudio de una única población.

-  Establecer las diferencias morfológicas (externas / internas) con otros taxones. Consideramos como relevantes los que denominamos rasgos morfológicos fundamentales.

- Consideración de fuentes y bibliografía sobre el estado de la cuestión en torno a los distintos taxones.

- Discusión razonada sobre las nuevas propuestas taxonómicas.

- Nueva reordenación taxonómica (Conslusiones sistemáticas). Si no se han analizado los ejemplares relacionados con una referencia, se señalará como: material no consultado.
 

     Es manifiesto que muchas de las propuestas taxonómicas aparecidas hasta la actualidad han descuidado o ignorado algunos de los criterios anteriormente señalados .

 
 
 



 

Los taxones de rango específico que hemos recogido como unidades de análisis son los siguientes, teniendo en cuenta el orden taxonómico propuesto en las obras:
 

BREUNING, S. (1962) Revision der Dorcadionini, Entom. Abh. Mus. Tierk, Dresden, t. 27, 665 pp.

ALTHOFF, J. & DANILEVSKY, M.L. (1997) A check-list of Longicorn Beetles (Coleoptera, Cerambycidae) of Europe. Slovensko Entomolosko Drustvo Stefana Michielija. Ljubljana: 1-64.

LOBL, I. & SMETANA, A. (2010) Catalogue of Palaearctic Coleoptera, Stenstrup: Apollo Books, vol. 6: 258-263.

TAVAKILIAN, G. & CHEVILLOTTE, H. (2013) Base de données Titan sur les Cerambycidés ou Longicornes  -  IRD.

NEW REVISION OF THE GENUS IBERODORCADION -  Proyecto Iberodorcadion. RedIRIS.


 

Iberodorcadion  abulense (Lauffer, 1902)
Iberodorcadion  aguadoi  (Aguado & Tomé, 2000)
Iberodorcadion  albicans (Chevrolat, 1862)
Iberodorcadion  almarzense (Escalera, 1902)
Iberodorcadion  aries (Tomé & Berger, 1999)
Iberodorcadion  amorii (Marseuil, 1856)
Iberodorcadion  atlantis (Bedel, 1921)
Iberodorcadion  becerrae  (Lauffer, 1901)
Iberodorcadion  bolivari (Lauffer, 1898)
Iberodorcadion  brannani (Schaufuss, 1870)
Iberodorcadion  castilianum (Chevrolat, 1862)
Iberodorcadion  circumcinctum (Chevrolat, 1862)
Iberodorcadion  coelloi (Verdugo, 1995)
Iberodorcadion  demandense (Escalera, 1902)
Iberodorcadion  ferdinandi (Escalera, 1900)
Iberodorcadion  fuentei  (Pic, 1899)
Iberodorcadion  fuliginator (Linneo, 1758)
Iberodorcadion  ghilianii (Chevrolat, 1862)
Iberodorcadion  graellsii (Graëlls, 1858)
Iberodorcadion  grustani  (González, 1992)
Iberodorcadion  heydenii (Kraatz, 1870)
Iberodorcadion  hispanicum (Mulsant, 1851)
Iberodorcadion  isernii (Pérez-Arcas, 1864)
Iberodorcadion  korbi (Ganglbauer, 1884)
Iberodorcadion  loarrense  (Berger, 1997)
Iberodorcadion  lorquinii (Fairmaire, 1855)
Iberodorcadion  lusitanicum (Chevrolat, 1840)
Iberodorcadion  marinae (Tomé & Bahillo, 1996)
Iberodorcadion  marmottani (Escalera, 1900)
Iberodorcadion  martinezii (Pérez-Arcas, 1874)
Iberodorcadion  mimomucidum (Breuning, 1976)
Iberodorcadion  molitor (Fabricius, 1775)
Iberodorcadion  mosqueruelense (Escalera, 1902)
Iberodorcadion  mucidum (Dalman, 1817)
Iberodorcadion  mus (Rosenhauer, 1856)
Iberodorcadion  neilense (Escalera, 1902)
Iberodorcadion  nudipenne (Escalera, 1908)
Iberodorcadion  ortunoi  (Hernández, 1991)
Iberodorcadion  paulae (Corraleño & Murria, 1912)
Iberodorcadion  perezi (Graells, 1849)
Iberodorcadion  pseudomolitor  (Escalera, 1902)
Iberodorcadion  segovianum (Chevrolat, 1862)
Iberodorcadion  seguntianum (Daniel & Daniel, 1898)
Iberodorcadion  seoanei (Graells, 1858)
Iberodorcadion  spinolae (Dalman, 1817)
Iberodorcadion  suturale (Chevrolat, 1862)
Iberodorcadion  terolense (Escalera, 1902)
Iberodorcadion  uhagonii (Pérez-Arcas, 1868)
Iberodorcadion  vanhoegaerdeni  (Breuning, 1956)
Iberodorcadion  zarcoi (Schramm, 1910)
Iberodorcadion  zenete (Anichtchenko & Verdugo, 2004)

 

 
NOTA  sobre el uso del término "variedad"
           en relación con las directrices del Código Internacional de Zoología
 

            Miguel A. Alonso Zarazaga nos recuerda que:

  "El hecho de que el Código no  admita el uso de táxones infrasubespecíficos como táxones válidos, no implica que no se pueda hacer una discusión de la variabilidad infrasubespecífica, si es el caso.

   Evidentemente, si se explica en la introducción (o en Material y métodos, da igual) del  trabajo qué significado se van a dar a los términos, no hay problema. Pero sería conveniente utilizar términos que no hayan tenido significado alguno de tipo taxonómico  (como variedad, forma,  raza, natio, morfo, aberración, etc.). Quizás sea mejor utilizar términos como 'demo'   para cada población, y, por supuesto, no darles nombres latinos, si no, ya estamos otra vez en el lío (los puedes nombrar con  términos geográficos, p. ej. el demo guadarramense, o  numerarlos, demo 1, 2, 3, o por algún carácter, p. ej., el demo glabro o el demo con 2  bandas...). Si quieres, puedes decir (para guía de navegantes) que el demo X corresponde a lo que se describió como Dorcadion a-um  o Dorcadion b-um var. t-um en un primer momento,  para luego no usar los latines. Si quieres, puedes agrupar los demos en superdemos  o dividirlos en subdemos e infrademos (no sé si hay  una clasificación ad hoc de términos populacionales, pero agradecería a cualquiera  que pueda darla, que la dé aquí en la lista)."
 
 

            José Luis Yela señala en relación con el tema:

 " La variabilidad que aparece en el seno de poblaciones concretas, o variabilidad infrasubespecífica,   es extremadamente interesante desde el punto de vista biológico, porque es el sustrato sobre el   que opera la evolución. Esa variabilidad fenotípica es la que permite cambios paulatinos en   respuesta a los cambios ambientales. El problema es que afecta a la expresión de genes   concretos, que en general es cuantitativa. ¿Cómo adscribir nombres concretos (categorías) a   fenómenos cuantitativos? ¿Tiene sentido, en realidad? A mí me parece que no. Es mucho más   efectivo describir las poblaciones locales (o demes, como se tienden a denominar hoy día) en   función de la variación en el tiempo de las frecuencias génicas y genotípicas. Y eso sólo es   posible hacerlo mediante las herramientas descriptivas y analíticas de la Biología de Poblaciones   y de la Genética cuantitativa.
  A pesar de la amistad que nos une, Miguel Angel, discrepamos una vez más (lo cual es de lo más   saludable). Perdóname, pero yo no veo el sentido a agrupar los demes en superdemes o a
dividirlos en infrademes (o llámense como se quiera). Lo cual no quiere decir que no lo haya; a
medida que pasa el tiempo uno va haciéndose más y más consciente de su cortedad de vista.
¿Tiene algún sentido, conceptual o práctico? Soy todo oídos, si alguien tiene una respuesta..."
 

            Nueva precisión de Miguel Angel Alonso Zarazaga sobre la cuestión:
 

  "Lo que conviene recordar, aparte de la batalla acerca de si es o no conveniente nombrar la
variación infrasubespecífica y de qué nomenclatura debe usarse, es que esos nombres, que no
vienen regulados por el Código, NO deben ser latinos y, por tanto, deben escribirse en el tipo de letra normal.

Las variaciones individuales (fenotipos debidos probablemente a un número bajo de genes que
se expresa de la misma manera en las diferentes poblaciones) no debieran nombrarse salvo que
se ponga delante el término fenotipo (recordad lo que aprendísteis sobre los guisantes de
Mendel) y p. ej. se podría hablar del fenotipo (en los Iberodorcadion) de bandas acortadas, o
sin mácula humeral, me da igual. Aquí habría que hacer la salvedad de que debieran hacerse
estudios de genética de poblaciones para saber qué variación depende de este tipo de genes y
cuál tiene una variación que reposa en explicaciones más complejas (deriva génica, aislamiento
reproductor, consanguinidad, etc.).

En mi opinión, si se quieren individualizar poblaciones pertenecientes a una subespecie o especie que muestran caracteres discriminatorios discretos o al menos que un porcentaje significativo de cada población presenta (estadísticamente significativo) podría usarse el término DEMO (y no deme, las palabras griegas como demos, de género gramatical masculino, se castellanizan terminando en -o, así pues DEMO, y no nos afrancesemos o anglosajonicemos más de lo que ya estamos; en Botánica existen términos de uso común como gamodemo).

Vuelvo a insistir en que un demo no debe recibir un nombre latino o que recuerde uno de ese
estilo y debiera evitarse que se confundan con las variedades descritas, que, nomenclaturalmente, son sólo sinónimos de la especie o subespecie. Es evidente que en el caso de los Iberodorcadion podemos estar asistiendo a la especiación sobre el terreno (en realidad es eso lo que provoca toda esta discusión) y que no la podemos encerrar en nuestros esquemas nomnclaturales, sino tratar de describirla acertadamente, para lo cual, sigo pensando que no hacen falta latinajos."
 
 

     Iñaki Recalde propone la siguiente reflexión:
 

Disculpen unas reflexiones de lego, sin duda nada clarificadoras:
En parte, tan solo voy a expresar con otras palabras lo que ya varias personas están comentando:
La posibilidad de denominar poblaciones concretas en escenarios “en plena especiación”, como el que se discute, no carece de utilidad potencial, ya que el estatus de las diversas poblaciones puede también ser  (y será) “cambiante” conforme avanza el estudio y comprensión de un grupo como los Iberodorcadion. Esto es: esas poblaciones  infrasubespecíficas (aunque improbable) bien pueden acabar como taxones reconocidos años después.
Dicho de otra forma, Si el resultado hipotético final del estudio de los iberodorcadion es uno o varios “edificios” resultante(s) del ensamblaje de las diversas piezas, mientras lo que vayamos teniendo son solo propuestas de edificio ó prototipos experimentales de edificio, será sin duda útil tener numeradas (denominadas) las piezas. Al final, sobrevivirán las que verdaderamente formaban parte del edificio y en determinada posición.

Tras esto, podría sugerirse que, en casos especiales como el comentado, debe existir (casi diría autorizarse) esa herramienta nomenclatural con el fin de ayudar al proceso de montaje del (los) edificio(s) y, con ello, que estas denominaciones son y deben ser un “medio” para alcanzar el objetivo, pero no el objetivo en si mismo.No obstante, al considerar el hecho cierto de que las poblaciones con determinadas particularidades morfológicas dejan de parecer tales cuando se exploran áreas intermedias, se dan ó pueden darse algunos fenómenos que complican las interpretaciones, y que sin duda son bien conocidas por todos:
Si A-B-C-D-E-F son poblaciones de una supuesta misma especie ubicadas físicamente de forma lineal (una tras otra y en ese orden) a lo largo de un área geográfica, sucederá que estas poblaciones sean muy similares e interfértiles en muchas de las combinaciones más próximas entre si: AXB,AXD, CXD, EXF…, pero es incluso probable que AXF no lo sean (recordemos que estamos en escenarios de especiación), si el área total ocupada por la especie es suficiente. (creo que esto casi implica un concepto  “cuantitativo” de especie, sin duda también relacionado con un escenario “de especiación”). En tal caso, (en el que el edificio es sencillo y  “lineal”), una vez que ha sido filogenéticamente ensamblado, no tengo nada claro que se le pueda poner un broche final nomenclatural sencillo.

Por dudas que no quede

J. I. Recalde
 
 

     Miguel Angel Alonso Zarazaga responde a la pregunta sobre si demo y variedad son sinónimos:

Veamos: el concepto de variedad desde el punto de vista nomenclatural es un concepto
ambiguo, ha sido usado tanto para designar fenotipos que se apartaban de lo que el autor decidía que era la norma de la especie y que aparecían mezclados con éste u otros fenotipos en proporciones variables, como para designar poblaciones más o menos aisladas geográficamente en las que el fenotipo dominante difiere de algún modo (estadísticamente significativo, al menos) del conjunto de poblaciones que se toman como 'forma típica', y en este caso es indistinguible de la subespecie.

Precisamente por esa ambigüedad es por lo que, nomenclaturalmente, no se acepta este término, como no se aceptan por idénticos o parecidos motivos los términos de natio, forma, morfo, aberración etc.

Si estos términos se usasen en un contexto sistemático-nomenclatural, conducirían a error sobre
el sentido que se les da, máxime si se usan en combinación con un epíteto latino. En otras
palabras, las poblaciones de Iberodorcadion neilense que se encuentran en el área geográfica
de la Sierra de Urbión, no debieran identificarse como 'variedad urbionense' (¡y mucho menos
añadir un autor y una fecha detrás!).
Si se han identificado los tipos portanombre de los diferentes sinónimos (táxones nominales
disponibles) como pertenecientes a los diferentes demos de una especie o subespecie, en todo
caso, yo (y digo yo precisamente) admitiría la utilización de una nomenclatura similar a la que
sigue para I. neilense (terminología supuesta):

I. neilense demo A (distribuido por la Sierra de Urbión etc etc; en este demo se incluyen los
tipos de los siguientes táxones disponibles: Dorcadion almarzense Escalera, 1902 etc etc.)

I. neilense demo B (distribuido por la Sierra de X etc etc; en este demo se incluyen los tipos de
los siguientes táxones disponibles: Dorcadion villosladense Escalera, 1902 etc etc.)

I. neilense demo C (distribuido por la Sierra de Y etc etc; en este demo se incluyen los tipos de los siguientes táxones disponibles: Dorcadion villosladense var. nivosum Escalera, 1924 etc
etc.)

etc etc hasta donde se quiera. Si esto se hace al inicio del trabajo, luego es muy cómodo hablar de las características de cada demo: "El demo A y el B se intergradan en la zona de Z donde aparecen ejemplares con..." e incluso se puede hablar de la aparición de los diferentes fenotipos observados de manera porcentual o usando los estadísticos que se quiera.

Si las diferencias que se están estudiando son de tipo fenotípico, se pueden aplicar técnicas
similares, sin nombrar los demos, y hablando de los estadísticos significativos para cada fenotipo en los diferentes puntos de muestreo.

En fin, que creo que NO, que variedad y demo no son conceptos sinónimos, que variedad es un
término que NO se debe usar en un contexto sistemático-nomenclatural, y que en un contexto de estudio de variación populacional es conveniente usar otros términos de significado ecológico y no ligados a nomenclatura y sistemática.
 
 

       Juan Pino introduce la problemática del concepto "especie":

"Pero lo cierto es que desde un punto de vista de la nomenclatura el concepto de especie se
comporta mucho peor que el de variedad. Es más ambiguo de lo que se está dispuesto a admitir. No hace mucho mencionaste el trabajo de Bocquet, G., Génermont, J. & Lamotte, M: tres densos tomos sobre cómo no ponerse de acuerdo respecto de la especie. Por ejemplo, la causación estadística que mencionas para el hecho nomenclatorial es más que evidente entre especie y subespecie. Elegidas las variables pertinentes se puede colocar una población en el rango específico o subespecífico en función de una media o alguna desviación típica, o acaso por un estadístico más insidioso que el matemático: la interpretación sui generis. Una tarea encantadora es pasar a sinonimia lo del otro. En fin, si el concepto de variedad designa dos clases o conjuntos, ¿cuántos designa el de especie?

Por tanto, pienso que no se puede concluir que es por esa ambiguedad conceptual que el término variedad no se acepta. Más bien  es por motivos pragmáticos. De acuerdo, cortemos por algún lado.
La pregunta es, si realmente estamos interesados en identificar la diversidad natural, producto de procesos históricos en genomas, etc., ¿por qué poner trabas clasificatorias, nomenclatoriales allí donde es más evidente? No tengo respuesta para esto (hoy, con ordenadores), salvo, la inercia de la tradición y el pragmatismo.

Pero en ese caso habría que recordar que el CINZ o similar es un filtro, esto es pertenece al campo metodológico básicamente; mientras que ese filtro impide nombrar algo real, un referente que todos vemos, esto es una población, demo, variedad o lo que sea incardinado por individuos que pertenecen al campo ontológico, a lo que hay. Es curioso que el consorcio para controlar el vocabulario y el nombrar en el área genética, donde necesitan un CING a toda prisa, se denomine GO, Gene Ontology ¿En qué estarían pensando?"
 
 
 

       Diego Romero Pastor: sobre la obsesión por dar nombres y el concepto de especie

  " Vengo asistiendo al debate sobre cómo nombrar "variantes", "taxones", "variedades", "demes"
subespecíficas, y aunque cualquier debate es un ejercicio intelectual útil, éste empieza a ser poco productivo por la desproporción entre la energía gastada en él y el producto obtenido.  La obsesión por dar un nombre a cada cosa es una herencia  recibida del Enciclopedismo del siglo XVIII. En aquella época tenía un sentido esa pretensión de nombrar de forma unívoca cada elemento de la Naturaleza ya que ésta se concebía como la suma de un conjunto de seres independientes, cláramente diferenciados, puntuales e invariantes en el tiempo. Sin embargo han pasado 200 años en los que se ha crecido tanto en el conocimiento de la Naturaleza que ese interés de contener los seres vivos por sus nombres se ha quedado corto. A la luz de los conocimientos actuales hay que ampliar el horizonte de miras; no se pueden concebir las especies biológicas (en sentido amplio) como unidades netas.
    ¿ En base a qué se clasifica bajo una u otra denominación a un grupo biológico?. En base a
ciertas características observables estadísticamente homogeneas dentro del grupo y heterogeneas frente a los demás grupos.
    ¿Qué características son más válidas?. Características a nivel macroscópico o microscópico;
físicas o químicas; anatómicas, fisiológicas, bioquímicas o genéticas.
    La vida, en su sentido más amplio, debe entenderse como una enorme biblioteca de información contenida en último término en moléculas que forman combinaciones plásticas que fluyen, mutan y son seleccionadas. Sobre este mar de información en perpetuo cambio aparecen islas adaptativas que serían combinaciones afortunadas de información. Una especie concreta sería una de estas islas. Pero no debe concebirse de una manera estática sino en perpetuo movimiento espaciotemporal. Este es un debate similar al que tuvieron los físicos a principios de siglo sobre el caracter corpuscular o continuo de la energía, yegando a la conclusión final de que era ambas cosas a la vez.
         El concepto de especie es el más depurado y el que mejor aguanta una denominación propia y unívoca aunque incluso hay zonas grises en las que el límite entre especies queda desvaido. Pienso que hay que evitar el abuso en la creación de agrupaciones infraespecíficas en las que los criterios que se aplican son subjetivos. ¿por qué es mejor criterio para definir un grupo subespecífico el color de los élitros o la longitud del tarso que el núcleotido que ocupa la posición 35.000 del ADN o la aloenzima que presenta para una enzima dada?. Seguramente no es ni lo uno ni lo otro, sino una convinación de cientos sino miles de caracteres observables a distintas escalas.
    En este estado de cosas es dificil poner nombres, por lo que sugiero perder el miedo a que lo que no se nombra no existe y, cuando se pretenda mencionar un grupo, simplemente se describan con la máxima precisión posible sus características teniendo presente siempre que no son las mismas de ayer ni serán las mismas de mañana."
 
 

         José María Hernandez propone el término "fenotipo"
 

   "Cierto que el CINZ no permite la descripción de taxones infrasubespecíficos (mejor dicho, no la considera válida), por lo que describirlos con un nombre latino y la fórmula "nov.var." no sería correcto. Entiendo que el espíritu de la norma consiste en que los nombres, incluyendo los subespecíficos, se asignan a unidades que presentan valor filogenético. Una subespecie, por ejemplo, es una población claramente separada y especiando, aunque aún sea capaz de reproducirse (y por lo tanto seguir compartiendo la identidad específica) con la forma típica.

Según este criterio, la categoría de forma o variedad no tiene sentido filogenético, ya que solo marca una mayor frecuencia de determinado fenotipo que no tiene por que tener significado evolutivo. En realidad, lo que no tiene mucho sentido es el propio concepto de "variedad", a no ser que representa una clara tendencia adaptativa lo que, en la mayoría de los casos, o no es así o se desconoce.

            Por ello, yo creo que es mejor referirnos a ellas como fenotipos, utilizando  ejemplos como:

Ejemplo 1:

"En las poblaciones XXXX, abunda un fenotipo muy pubescente y de coloración parto oscura, con una llamativa y ancha banda...."
o bien "Las poblacines XXX, presentan un fenotipo muy pubescente y de coloración parto oscura, con una llamativa y ancha banda...."

Ejemplo 2:

"en las cuencas de estos ríos son muy abundantes los fenotipos de bandas...., descritos por Escalera (año) como variedad cinereum..."

   Creo que esta es mejor forma para describir estos individuos, ya que así únicamente constatamos una apariencia externa, sin darle ningún valor adaptativo-evolutivo que desconocemos.
 

                                                                           *          *          *
 

Nomenclatural Glossary for Zoology
http://www.biologybrowser.org/nomglos

International Code of zoological nomemclature
http://iczn.org/iczn/index.jsp

BIBLIOGRAFÍA 
http://entomologia.rediris.es/iberodorcadion/biblio.htm


 






PARA CITAR PUBLICACIONES / TEXTOS DEL 
Proyecto Iberodorcadion

Las citas y referencias al Proyecto Iberodorcadion podrán señalarse como (ejemplo):
 

TOMÉ, M. (2001) Iberodorcadion becerrae (Lauffer, 1901). Proyecto Iberodorcadion. RedIRIS. Consultado en (mes) (año):  http://entomologia.rediris.es/iberodorcadion/becerrae/beceMT.htm
 

Iberodorcadion becerrae, Tomé, 2001, Proyecto Iberodorcadion. RedIRIS. Consultado en (mes) (año):  http://entomologia.rediris.es/iberodorcadion/becerrae/beceMT.htm
 

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Lista de discusion / Grupo de investigación
http://listserv.rediris.es/idorcadion.html


 



Archivos de IDORCADION@LISTSERV.REDIRIS.ES
Lista sobre el género Iberodorcadion (Coleoptera, Cerambycidae)

 

Forman parte del Proyecto Iberodorcadion:

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MÉTODO DE COLABORACIÓN EN   PROYECTO IBERODORCADION
 

  La web del   Proyecto Iberodorcadion se organiza en torno a unidades de análisis constituidas por los capítulos:  Género IberodorcadionIberodorcadion  becerraeIberodorcadion  mus, etc.

 Las colaboraciones se centrarán en las distintas unidades de análisis, utilizando como canal de comunicación la lista de discusión (correo electrónico) u ocasionalmente por envio de información en disquette.

En la  presentación de las distintas unidades de análisis aparecerá el nombre del autor o autores, bajo el titulo:  "revisado por". Las posteriores actualizaciones / revisiones significativas llevarán la referencia del mes y año de la modificación.
 
 


                                   MODALIDADES DE COLABORACIÓN
 

Completar o modificar la información de los distintos apartados en cada unidad de análisis
            (descripción,  fotos tipos, diferencias morfológicas, etc).


Participar en la discusión, siguiendo  tres orientaciones:
 

1. Exploraciones / observaciones / comentarios en relación con la vida y comportamiento de los
           Iberodorcadion
       1a.  Expediciones de estudio y trabajo de campo
              (Véase:  Comentarios y exploraciones en torno a Iberodorcadion  mosqueruelense )
       1b.  Descubrimientos y datos faunísticos (habitat, eclosiones, biología de larvas y adultos)


2. Taxonomía /  propuestas / comentarios
       2a. Revisión del género Iberodorcadion (sinonimias, rehabilitaciones, nuevas descripciones)
              Véase: " Iberodorcadion  mus  (Rosenhauer, 1856)  Revisado por Antonio Verdugo"
       2b. Reelaboración de conclusiones sistemáticas



3.  Interdisciplinar: Biología, sistemática, filogenia, ecología, botánica, geología, filosofía, filología,
       literatura, arte (aportaciones literarias o artísticas), técnicas complementarias (dibujo, fotografía,
       imágenes informatizadas), museos, colecciones, observación y conservación.   
              Véase:  Miscelanea





 

      La página  web del Proyecto Iberodorcadion y el grupo de discusión constituyen un proyecto de investigación que se desarrolla en Internet, como nuevo espacio de información, comunicación y colaboracion, formando parte de la Comunidad virtual de entomología (CVe) de RedIRIS (Red Académica y Científica Española).

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